diumenge, 8 de maig del 2011

Las Princesas no lloran...

Como toda princesa, necesita un príncipe, que ya lo tenia, un vestido, una corona y como no mis hadas madrinas, estando en mi castillo encerrada, me aconsejaban que saliera de allí por mi misma, que los príncipes azules no existían, y que fuera en busca de alguno, pero por suerte me lo encontré. 
Mis hadas madrinas me decían  que no me precipitase con ese príncipe desteñido, que tuviera tiempo para mi, para mis cosas, mis sentimientos, pero tenia ganas de que alguien me quisiese, que estuviera conmigo, en lo malo y en lo bueno.
Si eres feliz y te trata bien, adelante pero ten cuidado, los príncipes desteñidos pueden hacer daño, mas si han tenido un pasado bastante desastre, todos hemos tenido un pasado eso no me importaba, lo que me importaba era el presente, mi príncipe y mi reino.
Las hadas madrinas estaban ahí siempre, aconsejándome, velando por mi felicidad, aunque a veces se hacían un poco pesadas, y siempre acababa haciendo lo que yo quería.
Un día mi príncipe me regaló un vestido, era precioso de color Azul, largo de seda, con una cola medio larga, con un azul mas flojo, me quedé sorprendida, me encantaba ese vestido, así que me lo puse.
Me dijo: "ya eres toda una princesa" yo le dije que no, que me faltaba la corona, entre una sonrisa me dijo que eso no lo decidía él sino los reyes, así que en pocas palabras me dijo: "te la tendrás que ganar"
Les comenté a mis hadas madrinas lo que me sucedió, me dijeron que las coronas no se daban así como así, que las princesas no lloran, son fuertes, aunque sea difícil, así que puse todo mi empeño para poder conseguirla...

(nadie dijo que fuera fácil ser una princesa)

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