dimarts, 10 de maig del 2011

Mi palacio, mi familia...

Antes de estar encerrada en ese castillo, tenia mi propio reino, con mis padres, el Rey Julián y la Reina María, mi hermano el príncipe Máximo extraviado, con su plebeya Marianne  y su hija, el angelito Lucilda.

Todos vivíamos en un palacio mas bien pequeño, no era como otros, grandes y espaciosos, pero era humilde y honesto, éramos demasiados, la convivencia no era muy agradable, sobretodo con el Rey que quería tener su espacio, nos quería desterrar a mi y a mi hermano Máximo, nos decía que cuando nos iríamos de palacio… yo cansada de esa situación me busqué una casita, no quería meterme en otro palacio, así que en pocos meses me trasladé a esa casita, que era pequeñita, lo justo para mi.

En palacio no andaban muy bien las cosas, con Máximo y el Rey, el príncipe tenia un trabajo en la seguridad del Rey pero poco dinero, Marianne trabajaba en el mercado del pueblo, vendiendo pescado a los plebeyos, y la Reina y yo mientras criábamos al Angelito Lucilda.
Máximo como decía al principio era un príncipe extraviado, que no sabia lo que quería hacer con su vida, aparte de eso, y que tenia poco dinero, se lo gastaba en cosas innecesarias, quería ser un príncipe adinerado, cosa que no lo era, eso si, era muy trabajador, pero poco ahorrador y siempre se veía ahogado y sin poder pagar los gastos, Marianne harta de trabajar día a día para que luego no viera un plato en casa.

Un día, estando en mi casita, llamaron a la puerta, abrí, me quede helada al ver quien había al otro lado, era el Mago y hechicero Josmus, no me gustaban nada los magos, pero a ese le tenia especial cariño, estuvimos juntos en otro tiempo i volvió para estar conmigo, así que le di otra oportunidad...

(nadie dijo que fuera fácil ser una princesa)

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